Ya entramos de lleno en este capítulo 7 del libro How To Make Money in Stocks de William O’Neil donde el autor nos muestra el tipo de empresas que suele gustar más a la gente que dicta mucho de las empresas que ellos deberían comprar si quieren ser rentables. Básicamente, el autor nos sugiere centrarnos en invertir en empresas Market Leaders, que son esas compañías que realmente están marcando la diferencia.
O’Neil tiene razón cuando dice que a la gran mayoría de los pequeños inversores les gusta más comprar acciones que les hacen sentir cómodos ya que se enfocan en empresas grandes y conocidas en lugar de centrarse en aquellas empresas que tienen más probabilidades de subir de precio.
A menudo las empresas más conocidas y estables suelen ser las más rezagadas y por tanto también tienden a ser las menos interesantes en cuanto a rentabilidad.
En definitiva, la mayoría de los inversores individuales compran las acciones basándose en aspectos más bien sentimentales, en lugar de basarse en datos objetivos como pueden ser la demostración de un importante crecimiento en sus ventas y sus beneficios, o en lanzamiento de productos innovadores que revolucionen el mercado.
Durante este capítulo O´Neill vuelve a recalcar la necesidad y el poder de la investigación para averiguar lo que hace que algunas acciones suban mucho más que otras. Para ello, nos seguirá indicando las bases de su metodología de gestión de acciones de empresas de crecimiento.
Compra las mejores empresas dentro de los sectores más potentes.
William J. ONeil hace hincapié en la necesidad de centrarnos en buscar las mejores acciones dentro de los sectores que están experimentando mayor crecimiento. Pone como ejemplo los años 1979 y 1980 donde, dentro del sector de los ordenadores, empresas como Wang Labs, Prime Computer, Datapoint, Rolm, y Tandy multiplicaron su valor por cinco, seis o siete veces mientras que acciones de reconocidos gigantes como IBM, Burroughs, NCR o Sperry Rand no resultaron rentables.
En definitiva hay que localizar a las dos o tres mejores empresas de una industria fuerte ya que pueden tener un increíble crecimiento, mientras que el resto de empresas de ese mismo grupo, con toda probabilidad, no se moverán.
Dicho esto, es importante tener claro que cuando hablamos de la empresa número 1 de un grupo, no queremos decir que tenga que ser la empresa más grande o la más reconocida a nivel de marca, si no que se refiere a aquella empresa con mejor evolución a nivel de crecimiento de beneficios por acción, ROE (Retorno de la inversión), márgenes de beneficio y los mejores datos de ventas.
Estas empresas, además, contarán con un producto o servicio superior e irá ganando cuota de mercado sobre otras empresas más viejas y menos innovadoras.
Evita invertir en empresas “simpáticas”
J. ONeil incide en que hay mucha gente que prefiere comprar acciones de empresas que son conocidas y populares pero sobre todo si ellos consideran que estas empresas están baratas, mientras que por el contrario se olvidan de los grandes líderes porque consideran que sus precios son desorbitados al estar en máximos históricos y cotizar a un PER mucho más alto que el de otras empresas similares.
En este sentido O’Neil nos muestra un ejemplo ilustrativo con Syntex, el desarrollador de la píldora anticonceptiva.
Pues bien, nos cuenta O’Neil que Syntex, en Julio de 1963, después de formar un patrón Bull Flag, la mayoría de la gente descartaba comprar sus acciones ya que acababan de hacer máximos históricos, su precio era de 100 dólares y su PER era de 45. Todos consideraban que estaba muy cara y que era demasiado arriesgado.
Ninguna empresa de analistas había publicado nada acerca de Syntex y el único gran fondo que la poseía la había vendido cuando comenzó a subir.
Por el contrario, muchas firmas de Wall Street recomendaban G.D.Searle, que tenía un producto similar a Syntex, y sus acciones parecían mucho más baratas porque no estaban tan extendidas.
Finalmente, las acciones de Syntex se revalorizaron un 400% en poco tiempo mientras que las de Searle apenas mostraron crecimiento, ya que Syntex era el líder y Searle la empresa rezagada del grupo.
Cómo evitar comprar empresas rezagadas utilizando la fuerza relativa
O’Neil nos dice que si tienes una lista de acciones en cartera, debes aprender a vender primero aquellas que te están generando peores rendimientos y a mantener a las mejores. Pero tal y como es la naturaleza humana, la mayoría de la gente lo hace al revés, mantienen a las perdedoras y vende las ganadoras, una fórmula que siempre te va a llevar a obtener grandes pérdidas y mantenerte lejos de tus objetivos.
Por esta razón nos explica O’Neil un concepto clave a la hora de determinar que acciones son las más potentes dentro de un grupo.
Este concepto es la fuerza relativa del precio (RS), que mide el rendimiento del precio de una acción contra el resto del mercado durante las últimas 52 semanas.
Aquí me gustaría hacer un inciso y aclarar que no se debe confundir el RS con el RSI tan conocido en trading.
El RSI es un indicador que mide el comportamiento relativo de un activo consigo mismo, mientras que el RS indicado por O’Neil, compara el comportamiento de las acciones de una determinada empresa con el comportamiento del resto de empresas del mercado.
Entonces, O’Neil indica que a cada acción hay que asignarle un valor entre 1 y 99, siendo 99 la mejor puntuación. Una fuerza relativa (RS) de 99 significa que esta acción ha superado al 99% de las empresas del mercado en términos de rendimiento de precio. Un RS de 50 nos indica que una empresa está entre la mitad de las acciones que lo han hecho mejor y la otra mitad lo han hecho peor.
El estudio de mercado que hizo O’Neil junto con su equipo demostró que desde principios de la década de 1950 hasta el 2008, la fuerza relativa promedio de las acciones con mejor desempeño era de 87 antes de sus principales subidas.
En otras palabras, 9 de cada 10 acciones del mercado en ese periodo tenían una puntuación de RS superior a 87 justo antes de su despegue. Por ello, la recomendación que nos hace William J. Oneills es que limitemos nuestras compras a empresa que muestren calificaciones de RS de 80 o más.
Combinación de un elevado RS, bases sólidas y patrones adecuados
William O’Neil también nos advierte de que no por el simple hecho de que una empresa tenga un RS elevado tengamos que comprarla.
Es muy importante tener en cuenta también otros puntos que ya se han tratado en capítulos anteriores como son las bases sólidas y los patrones de mejor comportamiento.
También hay que asegurarse de comprar una empresa que esté en su punto exacto de compra y evitar adquirir acciones que se extiendan más del 5% o 10% por encima del punto ideal. Así evitaremos perseguir el precio lo que hará menos probable que tu compra se vea afectada durante las típicas sacudidas (shakeouts) que se producen en el momento del despegue.
Localizar a los nuevos líderes durante las correcciones del mercado
William O’Neil también nos da una pista de cómo localizar a las mejores empresas del mercado y nos indica que las correcciones es un buen momento para ello.
O’Neil nos dice que ante una corrección general, las acciones de crecimiento siempre tenderán a corregir más que la media del mercado, pero aquellas cuya corrección sea de menor profundidad, serán las que antes se recuperen y por tanto las que todo el mundo querrá tener.
Por ejemplo y para tener una referencia, nos dice que si el mercado cae de forma generalizada un 10%, las mejores acciones de crecimiento no corregirán más de un 15% o un 25%.
Una vez que termine la corrección, durante aproximadamente 13 semanas se producirán importantes subidas de precio en las empresas realmente líderes y por tanto serán normalmente las acciones que antes vuelvan a ver nuevos máximos históricos. O’Neil indica que las mejores empresas suelen salir en las primeras tres o cuatro semanas, siendo este el período ideal para comprarlas.
William O’Neil también comenta que hay que observar el comportamiento de las empresas en los días bajistas del mercado puesto que un día en el que todo está cayendo, aquellas que menos bajen o incluso que estén subiendo aunque sea ligeramente, tenderán a subir fuertemente cuando todo vuelva a la normalidad.
Evidentemente si se cumple el resto de requisitos como el crecimiento en sus fundamentales y el buen comportamiento técnico dentro de unas bases sólidas.
Los inversores profesionales también se equivocan
Algo que también menciona el autor en este capítulo es que incluso los grandes profesionales y los más importantes fondos de inversión también cometen errores.
Dice que es habitual ver como estos inversores de prestigio cometen el grave error de comprar acciones que acaban de sufrir severas caídas en sus precios y pone diversos ejemplos.
Comenta que durante una caída, ningún inversor, tanto individual como profesional, y que compran acciones durante esa bajada, es capaz de reconocer si se trata de una corrección normal y habitual o del comienzo de un potencial desastre.
Incluso dice que muchos se pillan los dedos comprando acciones denominadas blue chip con “descuento”.
Para quien no lo sepa, el término blue chip en economía bursátil se utiliza para referirse a empresas bien establecidas, que tienen ingresos estables y que no experimentan grandes fluctuaciones.
O’Neil nos pone el ejemplo de Bank of America, un banco de primer nivel que es líder en su industria y que en 2006 cotizaba a $55, pero que un año más tarde podía comprarse a $40.
Posteriormente, pasado otro año se había desplomado hasta los $6. Es por eso que no recomienda comprar acciones que estén aparentemente “baratas” y también recomienda limitar las pérdidas al 7% o 8% en cualquier valor.
Dice que en el comportamiento de una acción puede pasar de todo en cualquier momento y es por eso que lo debes tener muy en cuenta en tus propias reglas de inversión para proteger tu capital.